En 1980, con apenas 4 años de edad, el niño Virgilio José Tirado irrumpió en la escena discográfica con un álbum llamado “Me llaman La Chusmita”. Venía de Barinas y llegó a Caracas para conquistar la simpatía del país con su participación durante el Festival Infantil de la Canción de ese año.  

El productor de ese festival era Oscar Serfaty, quien no dudó en llamar al maestro Simón Díaz para presentarle al niño y a su vez pedirle que le compusiera una canción para su nuevo disco.  El resultado sería tan grande que al poco tiempo cambiaría la vida tanto de Chusmita como la de Simón Díaz. La propuesta del compositor fue establecer un diálogo entre el niño y él, en el que el niño le preguntase sobre la cultura y las tradiciones venezolanas, y él le contestase con versos sencillos, bajo la estructura de la décima popular. La música sería del folklore y las letras escritas por el propio compositor. Pero había que resolver la relación entre ellos, y qué mejor que la de un tío, el tío que trae alegría, cuentos y enseñanzas. Así nació Tío Simón, y con él, una infinidad de proyectos artísticos, culturales y educativos que todavía siguen multiplicándose. Así comenzaría la historia:

CHUSMITA PREGUNTA

Escúcheme, Tío Simón,

aquí le vengo a cantar

quiero hacerle unas preguntas

que usted me va a contestar.

Usted que es un hombre bueno

no se me podrá negar

sobre todo que es llanero

de los de verdad verdad.

TÍO SIMÓN CONTESTA

Ay, mi querido Chusmita,

aquí está su Tío Simón 

esas preguntas que me haces 

me dan en el corazón,

y todas te las contesto

porque esa es mi obligación,

enseñar al que no sabe

es una hermosa función.

Apenas la canción estuvo lista se pautó la grabación. La expectativa era muy grande.  El niño se aprendió todas sus partes. Mientras ensayaban, entre coplas y décimas, ambos se reían e improvisaban frases graciosas.  El maestro estaba muy conmovido con el talento de Chusmita quien no perdía la afinación en ningún momento. Él quiso que la canción tuviera cuatro coplas, cuatro décimas y una introducción. Los músicos habían grabado la música con antelación y solo faltaba que ellos hicieran las voces. Grabaron las primeras coplas prácticamente sin errores. Estaba acordado que Chusmita terminaría cada una diciendo ¡gracias!, pero la emoción y el arte hicieron que Chusmita alargara su frase con un grandioso ¡Gracias, Tío Simón!, qué provocó los abrazos, el aplauso y la alegría de todos los que estuvieron allí.

Simón lo cargó y le dijo sonriendo: – ¡Sí señor, así es, siempre voy a ser tu Tío Simón! 

Las radios comenzaron a sonar el tema e inmediatamente tuvo mucha acogida entre el público. La reacción de la gente en la calle celebrando la novedad y la certeza de que algo grande había nacido de esa experiencia, aumentó el entusiasmo de todos. ¿Y si hacemos una campaña institucional?, se preguntó Tío Simón.  Y fue Empresas Polar, a través de su producto Maltín Polar quien, no solamente aceptó la idea creativa sino que, le pidió a Simón Díaz ponerse a escribir para filmar cincuenta y dos micros de un minuto cada uno, y recorrer el país con Chusmita y Tío Simón cantando y contando sobre Venezuela. Lo que había comenzado con cuatro décimas, ahora serían cincuenta y dos.

La campaña para Polar fue tan exitosa y tuvo tanta aceptación, que la compañía decidió transmitir  todos los micros un año más de lo pautado.  Tío Simón y Chusmita habían logrado atraer a la gente hacia sus tradiciones en un forma educativa y cautivadora. El camino estaba abonado para el proyecto siguiente. – ¿Y si hacemos un programa de televisión? ¡Un concurso en el que los niños participantes se aprendan las décimas con las que Tío Simón le contesta a Chusmita!- pensó de nuevo Tío Simón.

El programa de televisión se hizo realidad y se llamó “Contesta por Tío Simón”. Oscar Serfaty fue el productor del programa. Estuvo doce años al aire por el canal de televisión del estado y lo integraron, además de Chusmita y Tío Simón, los recordados Coquito, Zurima, Teresita, Dulce María y Jessica. 

Así nació Tío Simón, de la voz de un niño, del cariño de la gente y de la gratitud de un país.

Hoy en día, aunque el maestro Simón Díaz ya no está físicamente entre nosotros, Tío Simón sigue inspirando proyectos artísticos, culturales y educativos que se desarrollan en muchos formatos, conservando siempre el contenido, el espíritu y la esencia de Tío Simón.